Este viernes el Ministerio de Asuntos Presidenciales del país confirmó que el jeque, Jalifa bin Zayed al Nahyan, murió a los 73 años. No se dieron a conocer las causas de su muerte.
En el 2014 el jeque padeció de un derrame cerebral que lo dejaría fuera del ojo público. Sus responsabilidades y labores fueron otorgadas a su hermanastro, Mohammed bin Zayed, el príncipe heredero de Abu Dabi.
Para honrar su muerte, el gobierno emiratí anunció la suspensión de labores en todas las instituciones públicas, escuelas y empresas privadas a partir de este viernes. Adicionalmente, las banderas nacionales fueron puestas a media asta.
El gobierno tiene 30 días para elegir a un nuevo presidente, sin embargo, los analistas políticos prevén que su medio hermano es el favorito para tomar el control, que ya ha ejercido como el líder de facto del país en los últimos ochos años.
Sobre su muerte, Mohammed bin Zayed, declaró que “EAU ha perdido a su hijo justo y líder de la 'fase de empoderamiento' y guardián de su bendito viaje (…) Sus posturas, logros, sabiduría y generosidad (están presentes) en todos los rincones del país”.
El padre del jeque, Sheikh Zayed, unificó a los siete emiratos que conforman a los Emiratos Árabes Unidos, logró modernizar a su país hasta convertirlo en estado petrolero con una economía estable.
Jalifa bin Zayed llegó al poder en el 2004 tras la muerte de su padre, donde continúo sus pasos. Fue un líder que se caracterizó por invertir en la infraestructura y el comercio. Adicionalmente, fue una figura crítica para las relaciones entre el oriente y los Estados Unidos y sus aliados de occidente.