El gobierno sueco confirmó este lunes su intención de aplicar y ser aceptado dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), propuesta que sigue los pasos de su vecina Finlandia, y que marca un momento clave en la política internacional que rodea a la invasión rusa de Ucrania.
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La primer ministra de Suecia, Magdalena Andersson, se dirigió a los medios de comunicación después de una reunión parlamentaria, y dijo que su país se encontraría en una “posición vulnerable” en lo que esperan ser aceptados en la alianza, pero que se sentía “confiada con el apoyo de su pueblo por la decisión”.
“Hay una mayoría de opinión dentro del parlamento sueco para unirnos a la OTAN, esta decisión es la mejor para la seguridad de Suecia”, dijo Andersson.
Este domingo el gobierno finlandés también hizo públicas sus intenciones de unirse a la OTAN, mientras que Andersson y el partido social demócrata de Suecia, en el poder, aceptó abrirse a la posibilidad de unirse con aliados de occidente, una decisión a la que las poblaciones de ambos países se resistieron por décadas.
La postura de ambos gobiernos, que habían permanecido neutrales o sin alianza desde el final de la Segunda Guerra Mundial, recibió una reacción negativa por parte de Rusia, que describe la acción como “un error grave que traerá consecuencias”.
Sergei Ryabkov, viceministro de asuntos exteriores de Rusia, amenazó en respuesta que "la seguridad de Finlandia y Suecia no se fortalecerá, eso es claro para nosotros. No se hagan ilusiones de que simplemente aguantaremos esto, es otro grave error con consecuencia de largo alcance”.