Duramente criticada fue en estos días la embajadora de México en Reino Unido, Josefa González Blanco, por dejar de lado la diplomacia y dejarse ver en el aeropuerto cargando las maletas del hijo menor del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Quienes conocen a la también extitular de Semarnat levantaron la ceja porque recuerdan que, tras su salida de la dependencia federal, no quería saber nada de la autollamada cuarta transformación, pues según esto, había quedado decepcionada del poco interés que el jefe del Ejecutivo tenía en los temas ambientales; más específicamente en el rescate de las vaquitas marinas.
Es más, la desilusión era tal, que González Blanco hasta hizo un retiro de silencio para tratar de superar el trago amargo que, al parecer, pudo olvidar ya desde que cambió su residencia a la Gran Bretaña con cargo al erario.